lunes, 18 de diciembre de 2017

Presentación de "Espacios de un mismo ser"

Les comparto texto de la presentación que hizo Lorena Díaz Meza de "Espacios de un mismo ser" de José Eduardo Chávez, presentado el viernes 18 de diciembre en Centro Cultural de España (Santiago - Chile)

Espacios de un mismo ser: muertes y giros en torno a la brevedad
“Para mí la minificción debe ser un texto breve, literario y des-generado. Si no es breve o muy breve, ya no es minificción. Si no es literario será una ‘anecdotica’ o un chiste, pero no un género literario. Y tiene que ser des-generado o proteico, o sea, una narración que puede adoptar formas diversas. Creo que esa es una de las características más importantes, que no hay certidumbre sobre el género literario al que pertenece”
Violeta Rojo
Entrevista al diario El Nacional. Septiembre del 2017.
Espacios de un mismo ser, de José Eduardo Chávez, es un libro de microficciones que consta de 81 textos breves. El libro está hecho bajo el sello de la editorial Olga Cartonera, fabricado de manera totalmente artesanal, con un tiraje de 55 ejemplares. Un lujo que no pueden perderse, los amantes de los libros de cartón.
Pero ¿Qué dicen estos 81 textos? ¿De qué hablan? ¿Qué historias nos vienen a entregar? Ésta presentación está dividida en dos partes: en primer lugar hablaré sobre la brevedad y luego sobre un breve análisis del libro.
Y es que Espacios de un mismo ser es un libro de brevedades que viene a sumarse a los ya existentes, que demuestran que la microficción ha ido avanzando a pasos agigantados sobre una sociedad que se excusa de no leer por falta de tiempo, que busca saciar sus placeres en la inmediatez. Que ya no espera. Una sociedad del “¡Ahora ya!”. Este libro, el primero del autor (gracias por darme el honor de presentarlo), contiene textos de no más de 200 palabras que se leen en menos de cinco minutos, pero se piensan y reflexionan por horas, días e incluso semanas. Son textos proteicos que muestran la punta del iceberg (bloque de hielo) pero que nos dejan abierta la puerta para hurgar más abajo, donde el hielo se despliega como una verdadera obra de arte, como una escultura que debemos mirar y admirar con detención.
Desde éste punto de vista, Espacios de un mismo ser es un libro fresco, contingente y necesario. A eso se suma su sello editorial o el que sea un libro “de cartón”, lo que hace doblemente des-generado, siguiendo las reflexiones de Rojo. Un libro que está al margen, que está escrito para los del otro lado de la vereda. Para nosotros, los que hoy nos motivamos a leerlo y a estar acá.
Ahora bien… ¿De qué trata Espacios de un mismo ser? Su título ya nos adelanta algo. ¿Cuántos espacios existen dentro de cada uno de nosotros? ¿Cuántos mundos habitamos? ¿Con cuántas historias cargamos? ¿Qué lugares de nosotros mismos incluso siendo mayores, desconocemos aún? El libro refleja eso: muchas historias, muchos espacios que se configuran como cuentos breves, como anécdotas, como descubrimientos de sí mismos y de los otros. Pequeños detalles que abren ventanas a mundos desconocidos, que juegan entre lo real e imaginario, entre lo cotidiano y la ciencia ficción. Mundos híbridos (como la microficción), duales, polifónicos que se van entrelanzando.
Los textos tienen un hilo conductor, un tema recurrente que los va haciendo dialogar entre sí: la muerte. Muchos espacios que hablan sobre la muerte, que la presentan y representan en distintos escenarios, con distintos actores. Muertes simbólicas, muertes reales, accidentales, homicidios y suicidios. Muertes de recuerdos, de momentos, de personas. Muerte transmutadora, muerte como castigo, muerte como solución, muerte inesperada. Muerte.
La muerte se transforma en una cuerda que une a los textos pero también que une al lector con el mundo que lo rodea. Cuerda que nos obliga a mirar a nuestro alrededor, a captar esas mínimas historias que quedan atrapadas en el movimiento de la cola de un perro, en un beso de despedida, en u dulce de mazapán.
Ejemplo de esto es el texto “Muerta de celos”, donde el narrador se encuentra con La Muerte, como una cita romántica, o el texto “Pickle” donde el crimen lo comete un ave. También encontramos textos como “Horóscopo”, donde la muerte es reflejo de una venganza por malas condiciones laborales.
La diversidad de textos permite encontrar una gran cantidad de recursos como los juegos de palabras “ Ellos creían…”, humor como en el texto “Gatún” donde el gato de la casa es quien cocina, también podemos encontrar metáforas hermosas como “Su pelo rojo, liso, largo y brillante, como un río de lava”, en el texto “Pelirroja” o quiebres que hacen volver al texto y releerlo, como “La cola”, donde un perro la mueve a una velocidad impresionante.
El libro tiene textos para todos los gustos. Si tuviera que escoger uno para identificar el libro, sería “Tan cerca”, microficción que habla de dos personas que se reencuentran en el Metro, luego de veinte años. Las ganas de él por besarla y la cara de asco de ella por tenerlo tan cerca. Texto que muestra la muerte, la decadencia y el amor en varios aspectos: la muerte del cuerpo de antaño, joven y ágil, el desgano de la gente en el Metro, la vorágine de la sociedad y de la vida rutinaria, las ganas suprimidas, los sueños incumplidos, el sentimiento de amor permanente.
El libro es todo eso y más. Por todo lo anterior no me queda más que agradecer a José Eduardo, por éste, su primer libro publicado: agradecer sus historias, su brevedad, su diversidad e invitarlos a ustedes a leerlo, a leer y leerse en éste libro. A encontrar los propios Espacios de un mismo ser que hemos olvidado o quizás, aún no hemos descubierto.



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